La infraestructura es demolida porque ponía en riesgo la condición de Patrimonio de la Humanidad de Cartagena.
Este viernes, 22 de marzo, inició en Cartagena la demolición del edificio Aquarela tras varios años de controversias y líos judiciales, dado a que esta infraestructura estaba comprometiendo la preservación del Castillo San Felipe y la declaratoria de Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad de esta ciudad, otorgada por la UNESCO en 1984, según se indicó desde el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
La demolición se lleva a cabo con personal y maquinaria pesada que se encarga de demolerlo piso a piso en seis meses, por un valor de 11 mil millones de pesos a cargo de la administración de la ciudad.
“Durante el desarrollo de la obra, el trabajo de esta cartera será permanente en cuanto al seguimiento técnico y la asesoría desde la perspectiva patrimonial, para evitar afectaciones en los lotes circundantes, así como en el Castillo San Felipe, que se encuentra a tan solo a 200 metros del Aquarela”, se indicó desde el Ministerio de las Culturas.
sí mismo, esta cartera anunció que se ponía a disposición para las gestiones necesarias desde su competencia, con el objetivo de garantizar el cuidado y la protección del patrimonio, considerando las implicaciones que ha tenido la construcción del edificio Aquarela.
“Cabe señalar que Colombia ha presentado informes bianuales a la UNESCO (2019, 2021 y 2023), en los que se notificaron los avances jurídicos en torno al proyecto. Por ello, Cartagena sigue siendo parte de la Lista del Patrimonio Mundial. Sin embargo, se debe entregar un informe actualizado ante este organismo el 1 de diciembre de 2024 para que la ciudad conserve dicho título. Para esa fecha, el edificio debe estar fuera de la zona de protección patrimonial”, agregaron.
Vale destacar que el edificio Aquarela se convirtió en un problema, dado a que había licencias expedidas e inicio de la construcción con base en lo establecido en el POT (Plan de Ordenamiento Territorial), pero luego empezó la reclamación, por el lado cultural (en cabeza del Ministerio de Cultura), con el alegato de que se trata de una ciudad que es patrimonio histórico por su Centro Histórico, por lo cual se afectaba la declaratoria como tal por parte de la Unesco.